Las trochas
Son cientos las trochas que permean la frontera. Las más transitadas, según Fundaredes, están cerca de sectores o poblaciones colombianas: La Parada, Escobal, Puerto Santander, Arauca o Maicao, en los alrededores de los puentes internacionales y en La Guajira.
En ocho municipios del Táchira ocurre la mayor actividad en las trochas, por algo es considerada la frontera más viva de América Latina. De acuerdo con FundaRedes, hasta octubre 2019, fueron asesinados 31 venezolanos en trochas o pasos ilegales en Táchira y uno en Zulia. Tres eran adolescentes.
Tarazona dice que llevan registrados diez venezolanos desaparecidos en las trochas de Táchira en lo que va de 2019. Los pasos ilegales son controlados por los grupos irregulares, que controlan mercancía y personas, de manera que la Fuerza Armada perdió su función sobre el territorio.
A la muerte hay que agregarle el uso, pro parte de esos grupos, de unos 15 a 20 mil niños y jóvenes para actividades ilícitas en la frontera, tal como lo denunció Gerardo Rincón, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos de FundaRedes.
Los niños, revela Rincón, «comienzan percibiendo un ingreso por trabajar como carretilleros, caleteros, y otros oficios, pero son captados por grupos irregulares a través de ofertas engañosas o de dinero”.
Es así como los niños son usados para delitos como contrabando, narcotráfico o cualquier otra actividad al servicio de las organizaciones armadas. Las niñas y adolescentes son utilizadas para actividades sexuales.
Ante lo que ocurre en el Táchira, dijo que “se trata de una situación muy delicada, que nos arruga el corazón, porque son nuestros niños, quienes están iniciando a su temprana edad en estos actos ilícitos al servicio de organizaciones criminales en la frontera, sin que el estado haga algo para reinsertarlos en la escuela, que es el lugar donde realmente deberían estar”.